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La práctica de la reflexión de la mañana se hunde en los anales de nuestra pequeña historia educativa, que comenzó hace más de 300 años y que nosotros continuamos hoy en día.
Es un espacio educativo escolar breve en el que el educador propone una serie de actividades que facilitan la interiorización personal, la lectura crítica de los problemas de las personas y de la sociedad, el encuentro con Dios y el compromiso por mejorar.

Para seguir las reflexiones de este curso pica en la imagen.